Ir al contenido principal

Entradas populares de este blog

Comienzo con el amor y Reiner María Rilke

Dice el poeta: "amar es -durante mucho tiempo- solo una gran soledad...". ¿ Será que, efectivamente estamos indeciblemente solos, será que dormimos con una serie de fantasmas que recordamos, de espectros a los que nos apegamos, de azar al que nos acostumbramos? Dice también: "Y cada vez, una soledad más intensa y profunda". Una herida es el amor "intensa y profunda"; es el rompimiento de uno mismo. Y sigo preguntándome que es, y como saberlo y como conocerlo, como experimentarlo. Sabemos tan poco sobre esto, tanto sobre todo lo demás, quizá porque simplemente no hay nada que saber. El amor no es nada. "El amor es la única ocasión de tomar forma..." Un amigo decía que, era para lo que estabamos hechos, y que era curioso como a un modelo finísimo lo cargábamos con estiércol. Y me sigo preguntando. ¿Qué afán el mío? Sin armas para conseguirlo, sin temple para conservarlo, tan escurridizo como el sexo, y tan parecido a las caricias, a los besos. Fá...

Lo peor de ambos mundos, de Mayra Luna

Imposible no recordar las palabras de Gabriel García Márquez quien decía que es increíble como alguien puede dar la vida entera, puede pasar hambre, frío, con tal de escribir, algo que no alimenta, ni viste, y que, viéndolo bien no sirve para nada. Tal vez algunos escriban por neurosis, por el deseo de cambiar este mundo, de acomodar la realidad. Tal vez simplemente existe como decía Platón, el mundo de las ideas ahí, en algún lugar, gobernando desde sus aposentos, los destinos de los hombres, sus pensamientos y sobretodo, para los fines del presente texto, ordenando nuestras palabras, acomodándolas en un sitio que nada tiene que ver con lo azaroso, o con la experiencia del autor o con todas esas patrañas que nos hacen pensar que somos los que escribimos el texto, que somos capaces incluso de meternos en medio de la conversación de los personajes, para, según nosotros, transgredir la historia. Del cuarto texto del libro “Lo peor de ambos mundos, relatos anfibios” titulado “Un cuerpo co...

Recuerde...

Recuerde el día aquel en que fuimos a las luchas la tarde aquella en que podía rozarle en que podía de cerca sentirle próximo, inminente. Acuérdese de esa sed vespertina de esas miradas azules y cursis de las conversaciones sin sentido de La Parka destrozando al rival de las sillas volando por lo alto del recinto. Recuerde como podía tocarlo como podía fácilmente y sin contratiempo sin vergüenza, sin impedimento alguno columpiarme en sus palabras deslizarme entera en usted mientras, fácilmente con la otra mano, tomaba el vaso de cerveza. Lentamente todo como el tiempo cuando es permitido sin codicia sin medida sin un: “es que tengo que…” sin explicaciones con lo único que nos quedaba, con aquello que hacíamos tan bien con querernos.