Imposible no recordar las palabras de Gabriel García Márquez quien decía que es increíble como alguien puede dar la vida entera, puede pasar hambre, frío, con tal de escribir, algo que no alimenta, ni viste, y que, viéndolo bien no sirve para nada. Tal vez algunos escriban por neurosis, por el deseo de cambiar este mundo, de acomodar la realidad. Tal vez simplemente existe como decía Platón, el mundo de las ideas ahí, en algún lugar, gobernando desde sus aposentos, los destinos de los hombres, sus pensamientos y sobretodo, para los fines del presente texto, ordenando nuestras palabras, acomodándolas en un sitio que nada tiene que ver con lo azaroso, o con la experiencia del autor o con todas esas patrañas que nos hacen pensar que somos los que escribimos el texto, que somos capaces incluso de meternos en medio de la conversación de los personajes, para, según nosotros, transgredir la historia. Del cuarto texto del libro “Lo peor de ambos mundos, relatos anfibios” titulado “Un cuerpo co...